Temporada 96/97, era niño y fue entonces cuando empecé a seguir el fútbol. El Dream Team me pilló despistado, todos sabemos lo exitosa que fue esa estapa, pero queda claro porqué guardo un cariño especial a este equipo concreto, como simpatizante que soy del club blaugrana.
La sentencia Bosman entraba en vigor y los clubes se poblaban de jugadores foráneos. Se armó una plantilla de un nivel impresionante. Baía no desentonaba bajo palos; Ferrer y Sergi recorrían los carriles, mientras Nadal, Abelardo, Couto y Blanc se disputaban los puestos de centrales. En mediocampo, Guardiola y De la Peña contribuyeron de manera importante a que me aficionara a este deporte, con su genial toque de balón y sus milimétricos pases en profundidad. Amor y Popescu les guardaban las espaldas. Figo causaba estragos en banda, Luis Enrique llegó del Madrid y creció a pasos agigantados, aportando carácter y mucha llegada, al igual que Giovanni. Ronaldo era la punta de lanza, un jugador de otro mundo, sus 34 goles en 37 partidos de Liga así lo refrendan. Stoichkov y Pizzi añadían más pegada si cabe a un equipo que batió el récord histórico de goles del club en el campeonato nacional (102). También Óscar, hermano de Roger. Era de esos jugadores que tanto me gustaban. Jugaba muy poco pero anotaba a menudo.
Esa Liga (de 22 equipos) la ganó el Real Madrid de Capello, equipo serio y práctico, en el que convivían goleadores como Suker, Mijatovic y Raúl, y jugadorazos como Redondo, Seedorf o Roberto Carlos. El Barcelona consiguió 90 puntos, dos menos que los merengues, pero ganaron la Recopa, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Creo que es la mejor temporada que he vivido, o al menos la que con más nostalgia recuerdo, a pesar de que la Liga la ganase el club blanco. Me vienen a la mente las jugadas increibles de Ronaldo, la pegada de numerosos jugadores (para muestra, endosaron un 8-0 al Logroñés), el orgásmico partido (no encuentro definición mejor) de cuartos de final de la Copa ante el Atlético (5-4),... Era un equipo un tanto irregular, del que la gente siempre esperaba algo más, pero cuajó un manojo de actuaciones memorables. Su talón de Aquiles fue el Hércules, que le ganó dos partidos ante todo pronóstico, truncando la que hubiese sido una temporada absolutamente histórica.
El proyecto no pasó de ahí, se truncó al ponerse a tiro Van Gaal y al ser vendida la estrella, Ronaldo, tras un desencuentro con el presidente Núñez. Cierto es que el proyecto de Louis fue existoso y algo superior, como también es cierto que dispuso de más tiempo y mejores condiciones para trabajar... pero siempre recuerdo a Robson como un técnico infravalorado en Can Barça, era un ciclo que pintaba bien y se deshizo pronto. Recuerdo que de pequeño no entendía bien su marcha, así como tampoco la del astro brasileño.
Nota: el próximo "Recordamos" trata del Madrid entrenado por Vicente del Bosque.